Hoy es el día internacional del
sueño. Últimamente en casa tenemos de sobra, por lo que hemos considerado no
celebrarlo, a ver si de una vez por todas se anima a marcharse y empezamos a
estar más descansados.
Al margen de bromas, el sueño del
bebé es muy importante para el descanso de los padres. Sin embargo, según un
estudio realizado por la Sociedad Española del Sueño (SES) en colaboración con
Dodot, 1 de cada 4 bebés no consigue dormir toda la noche de un tirón. Además,
el 60 por ciento de los bebés tiene dificultades para quedarse dormido y
despertares frecuentes. Eso sí, cuando eres tú el que lo sufre en tus propias
carnes, la estadística te importa un pimiento…
En los tres primeros meses de
vida, resulta común que los Morroskos se despierten cada tres horas para la
toma (pecho o biberón, lo que toque). Por eso no siguen un patrón de sueño
regular. Lógicamente esto descolocaría hasta al mismísimo Schwarzenegger en
plan “Poli de Guardería”.
Los ritmos de vida de la familia
se ven alterados. Tú te duermes sobre el teclado de la oficina cada dos por
tres y entonces, hasta el ritmo de vida de tu jefe se ve alterado. Ya me lo veo
torturando a su mujer en la hora de la comida, con lo frustrado que está con
las paternidades de sus empleados.
Al final recurres a lo que sea,
con tal de que se duerma. El chupete, los muñecos, los bailes en el pasillo a
altas horas de la madrugada… El otro día, el nuestro se durmió pegado al pecho
de mi mujer. Como coja ese camino, le aplicaré la ley antimonopolio. O empieza
a compartir o lo castigo en la cuna por siempre jamás!
El temperamento del bebé está
condicionado genéticamente y al mío habrá que preguntarle a quién ha salido,
porque yo soy un dormilón. El tema es para tomarlo en serio, porque numerosos
estudios han encontrado relación entre la falta
de sueño en los niños y bebés y un carácter difícil o un
comportamiento irritable. Cuando la normalización en el patrón de sueño se
estabiliza, los bebés incrementan su adaptabilidad y muestran una mayor
relación de apego y una menor capacidad de distracción.
Por todo ello, los puntos más
importantes a tener en cuenta en la educación de nuestros hijos desde el primer
momento son:
- Sincronizar el ritmo de sueño y vigilia del bebé con el ciclo noche-día. Se debe enseñar desde el primer día a distinguir entre el día y la noche: actividades con luz, reposo y sueño, sin luz.
- Los horarios deben ser regulares y el sueño debe estar precedido por actividades rutinarias. El baño, la cena, el cuento, la nana son algunos rituales que deben seguirse para conciliar el sueño del bebé.
- El niño debe aprender a conciliar el sueño sólo en su cuna desde el principio para que no reclamen los brazos para quedarse dormidos.
Buen día Padrazos!
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