martes, 25 de marzo de 2014

TIC TAC! HACE EL RELOJ

Las horas de jolgorio nocturno dan para meditar mucho. Resulta que uno termina haciéndose más o menos inmune a festival de rock duro que monta el Morrosko cada noche con los benditos cólicos y esto me permite llevar mi imaginación a los lugares más insospechados.

Por ejemplo, anoche me dio por acordarme del árbol genealógico completo del que se inventó el horario de verano… y es que sigue lloviendo sobre mojado señores!!!

Que alguien decida por ti que te va a robar una hora de sueño, cuando todas y cada una de ellas valen su peso en oro, me chamusca el higadillo de una forma que soy incapaz de describir.

Así es que me echo al hombro al pequeñín para que se calme un poquito y con la mano libre, me dedico a buscar en San Google un poco de autoconsuelo en forma de argumentos científicos que me resulten convincentes para soportar la que se me avecina este fin de semana. Lejos de tener éxito, descubro que son más los partidarios de eliminar esta estupidez mayúscula que los que quieren mantenerla. Los hay incluso que explican claramente el desmadre horario mundial que existe hoy día y cuya única justificación (también absurda) es de índole económico. Aquí un ejemplo…

Justo cuando mis orejas empezaban a echar humo del color más negro posible, descubrí que el rey de la casa decidió dormirse. Y yo, con un cabreo monumental prolongué mi insomnio un rato más, divagando sobre qué iba a hacer con las tomas lecheras de esa noche.

La cuestión es más filosófica de lo que parece. El Morrosko le da a la teta cada 3 horas, pero resulta que, por una bendita estupidez, a las 2
de la madrugada serán las 3. Pues ahí me tenéis, bobo perdido elucubrando sobre si el pobre iba a ajustar sus tomas al nuevo horario de verano.

Padres del mundo, uníos a mí en una cruzada contra la estupidez humana!


Buen día, padrazos!

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