miércoles, 12 de marzo de 2014

YA NO NOS CREE NADIE

Últimamente el Morrosko se ha empeñado en dejarnos en mal lugar. No digo que lo haga voluntariamente, pero es que ya escuece un poco.

La situación es sencilla de entender. No hay más que mirar a nuestras caras para darse cuenta de dos sencillas cuestiones. En primer lugar, que traer al mundo a un bebé es la mayor alegría que te puedes llevar en la vida. En segundo lugar, que este hecho supone un ingente esfuerzo físico y mental durante los primeros meses de vida.

Llevamos varias semanas dando explicaciones de nuestras ojeras a familiares y amigos. Que si dormimos pocas horas, que si la lactancia es sacrificada y, sobre todo, que si el peke llora a pulmón partido…

Así que llegó el día del bautizo y nos presentamos en la misa cagaos de miedo. Tiene tal potencia de voz el nene cuando llora, que nos vimos obligados a pedirle al cura una escapatoria de la iglesia, por si arrancaba a cantar la Trabiata en mitad del oficio.

Esto de los bautizos resulta ser toda una coña marinera. Entre el óleo en la cabeza, el agua fría regada varias veces… tubo unas 4 o 5 oportunidades para haber empezado a llorar como un bendito.

No soltó ni lágrima.

Llegados al convite, seguía dormido. Si no es porque lo despertamos para la toma, yo creo que habría empezado a roncar.

Y claro, … ya os podéis imaginar la coña marinera de todos los presentes.

Es un santo!!!!
Sois unos quejicas!!!!

Mi mujer y yo con la cara colorada de vergüenza. Eso sí, la ojeras bien marcadas.

Pasamos el día entero tranquilos y con él durmiendo. Tanto es así, que nos animamos a volver a casa a dormir un poco, aprovechando la coyuntura. Según cruzamos la puerta, empezó el festival de Rock. Y fue Rock del duro, para compensar un poco las largas horas de sueño invertidas durante el día. Me entraron tentaciones de grabarlo en vídeo, con el ánimo de tener una prueba que presentar ante un jurado familiar que no nos iba a dar un veredicto de inocencia ni por casualidad.


Buen día, Padrazos!

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