Lo del pan ya se ha quedado
anticuado. Los niños de hoy (y enfatizo lo de niños, porque los adolescentes ya
están en otra orbita aún más lejana) tienen ya conocimientos de informática
suficientes como para dejar ojiplático a cualquiera.
Es sabido y demostrado que los
Morroskos, estando en la barriga de la Amatxo, escuchan el sonido de la voz al
cantar, las conversaciones con el Aitatxo, juegan con nosotros a través de la
barriga …. pero me estoy planteando seriamente incluir en esta lista que aprenden
informática.
Ya me diréis cómo es posible la
que a mi compañero de trabajo le montó hace poco su hijo de 8 años. Resulta que
su Aitatxo, sabio él, se fue a comprar un nuevo ordenador y pidió al vendedor
que le instalase en la cuenta de Windows 8 del Morroskón un control parental. “Es
que mi hijo va muy espabilado en esto de la informática y lo quiero atar en
corto” le dijo.
Dicho y hecho, el Aitatxo
satisfecho se fue a casa con el invento infernal. La alegría y jolgorio inicial
fue la habitual en estas edades al descubrir que por fin tenía en casa un nuevo
PC a la altura de sus muy altas necesidades (por Dios, recordemos que sigue
teniendo 8 añitos!!!!).
Se marchó a la cocina el Aitatxo
seguro de que tenía la situación controlada. 25 minutos de reloj tardó en
volver cuando el pequeño le soltó lo siguiente:
“Aitatxo, no necesitabas ponerme un control
parental. Ya soy mayor para saber cómo andar por internet. Por eso he entrado
en tu cuenta y lo he quitado. Por cierto, las clave tuya y de la Amatxo son
demasiado fáciles. Tenéis que poner letras mayúsculas, minúsculas y números
para que nadie os las pueda robar, como yo….”
Ahí es nada…
Yo con su edad me daba por
satisfecho con ver “El coche Fantástico” y comentar la jugada después con los
amigos. Lo grave es que si me preguntáis como lo ha hecho, no soy capaz de decíroslo,
lo cual me preocupa aún más.
Si me decís que para ser padre,
voy a tener que hacer un cursillo de pirata informático avanzado, para poder
contener el empuje de mi futuro Morrosko, os juro que no me lo hubiese creído.
Buen día, Padrazos!
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